Meté la mano en "tu" bolsillo

De un tiempo a esta parte, el desmesurado aumento de precios en todos los productos fue un tema recurrente en todos los medios de comunicación. La gota que rebalzó el vaso fue la escalada del tomate a 18 pesos el kilo que despertó la indignación de la gente que, junto a entidades de Defensa del Consumidor, llevó a cabo un exitoso boicot que obtuvo como resultado una rebaja en el precio del 300 por ciento.
Pero esta experiencia debe ser considerada como el comienzo de una larga lucha y no sólo como un hecho anecdótico. Son muchos los productos que aumentaron de manera desmesurada y no podemos seguir permitiendo que los demás metan las manos en nuestros bolsillos como si nada estuviera pasando. Todo aumenta, todo, menos los sueldos.
Ahora, Asociaciones de consumidores, pequeños y medianos comerciantes y supermercados chinos tienen en la mira a la papa, la calabaza y al pollo para un posible nuevo boicot.
Por su parte el gobierno "metió presión", y logró firmar un acuerdo con supermercadistas, almaceneros y mayoristas acordando una rebaja en los precios del 7 por ciento. La proximidad de las elecciones invita a mantener la casa en orden, pero el sucesor de Néstor Kirchner deberá sentarse a negociar nuevamente cuando este acuerdo pierda vigencia el 10 diciembre.
Lo que más preocupa es que no puede prescindirse de todo lo que aumenta y a veces no queda otra salida que comprar a pesar de los aumentos. Es el caso de los medicamentos. Laboratorios extranjeros ya han aplicado una suba del 30 por ciento y empresas argentinas analizan un aumento general promedio del 8 por ciento. Vale aclarar que no es la primera modificación de precios en remedios en lo que va del año.
No se sabe cuál es el verdadero índice de inflación, tampoco cuánto más aumentarán los productos y muchos menos si bajarán. La única certeza que tenemos es que cada vez que vamos al supermercado comprando lo mismo gastamos más y a fin de mes hay que "tirar" contando monedas.
Si nadie vela por nuestros derechos y nadie nos defiende, tal vez sea hora de que nosotros mismos nos ocupemos de ello. Que nadie más que nosotros mismos seamos quienes metamos la mano en nuestros bolsillos.